Un cliente realiza una compra de menos de doce pares de calzados en una web de Colombia, de una marca nacional de ese país, posteriormente le avisan que tiene una audiencia por delitos contra la propiedad industrial.
Lo que sucedió es que un inspector de aduanas, que no es un perito experto, indico que los calzados eran una falsificación de una conocida marca de moda francesa, y la fiscalía inicia una investigación, y los abogados de la marca francesa en Panamá, se constituyen en querellantes.
Aportamos todas las pruebas que indicaban que el cliente había comprado una marca colombiana y que jamás pidió esa supuesta marca francesa, además demostramos que la marca francesa había llegado a un arreglo económico con el fabricante colombiano.
A pesar de todo ello, la fiscalía decide imputar a nuestro cliente, generándole estrés, y gastos innecesarios de varios miles de dólares, y a pesar de que no contaban con un peritaje idóneo, la firma de abogados que representaba a la marca francesa, aporto en un documento un “peritaje” hecho por una “perito”, inmediatamente nos opusimos y denunciamos que no había nada que indicara en el expediente que dicha persona fuera “perito” e inmediatamente los abogados de la marca francesa cambiaron la versión indicando que ahora era “testigo experto”.
Algo que resulto molesto es que desde el inicio la fiscalía quería que llegáramos a un acuerdo, a lo cual me opuse ya que mi cliente era inocente.
Finalmente ganamos el caso y mi cliente no fue condenado, ni tuvo que llegar a un acuerdo.
En mi experiencia es importante recordar:
1.El sistema de justicia en Panamá esta muy lejos de ser perfecto
2.Hay funcionarios muy buenos, pero los hay que no tienen una adecuada preparación y experiencia.
3.La Fiscalía no es amiga de nadie
4.Recuerde siempre ir a una declaración y a cualquier actuación legal con su abogado, más aún si es inocente, y no hable, ni diga nada sin primero consultar con su abogado.
